En los últimos años, la incidencia del tumor ha ido aumentando año tras año y se ha convertido en una enfermedad importante que afecta la salud humana y amenaza la vida humana. En la actualidad, la radioterapia es uno de los métodos importantes de tratamiento de tumores, pero la radiación tiene ciertos efectos en el cuerpo humano, como el daño a las células de los tejidos del cuerpo humano, entre los cuales el daño a la piel por radiación es más común.
A diferencia de las quemaduras y heridas generales, los rayos actúan sobre la piel, tejido subcutáneo, músculos, huesos y órganos. Las lesiones cutáneas por radiación de grado III o superior a menudo desarrollan infección y úlceras, que son difíciles de curar con el tiempo, eventualmente fibrosis tisular local y necrosis progresiva, e incluso causan disfunción corporal y pueden volverse cancerosas. Por lo tanto, el daño de la piel por radiación a menudo afecta seriamente la calidad de vida de los pacientes.
La lesión cutánea por radiación se divide en lesión cutánea por radiación aguda y lesión cutánea por radiación crónica según las manifestaciones de su proceso clínico. La lesión cutánea aguda por radiación se refiere a la dermatitis aguda por radiación y las úlceras cutáneas por radiación causadas por la exposición local a grandes dosis de radiación externa en un período de tiempo o en un período breve; Dermatitis crónica por radiación y úlceras cutáneas crónicas por radiación causadas por exposición prolongada a la radiación.
Mecanismo patógeno:
①El daño del ADN causado por la radiación conduce al desequilibrio de la síntesis y diferenciación de ADN reversible o irreversible, de modo que las células basales de la piel no pueden generar nuevas células y las células epiteliales maduras continúan perdiéndose.
②Estenosis o trombosis de los vasos sanguíneos pequeños causada por la radiación, lo que provoca isquemia e hipoxia, lo que agrava el grado de daño de la piel; Además, el daño de la piel por radiación y el ácido ribonucleico, el ácido desoxirribonucleico, las proteínas y otras moléculas se ven afectados por la radiación ionizante, que puede causar daño al cuerpo. Los efectos de la excitación e ionización molecular, la generación de radicales libres y la presencia de oxígeno conducen a la rotura macromolecular y al daño del ADN intracelular, lo que provoca trastornos de replicación y errores en la estructura de la doble hélice.